El miércoles 17 de febrero, a mediodía, partió nuestro vuelo a Bruselas. Íbamos a la Final Conference del Proyecto STARS, representando a los 
colegios e institutos de Secundaria de Madrid. ¿Por qué nosotros? ¡Porque somos los galardonados con el premio “Best Performing Secondary School in Spain”!
Ah! Somos Mario (4º de ESO), Marina (3º de ESO), embajadores del proyecto STARS en el cole, y Pedro profe coordinador.
A destacar: ¡Nos gustó todo!
Tras ir al albergue fuimos a explorar la ciudad. Todo pasaba muy rápido. Ese día hicimos siete comidas. Una hora antes de cenar tomamos un gofre, media hora antes patatas fritas y luego, en Chez Leon, comimos mejillones, comida tradicional.
Al día siguiente nos levantamos,
desayunamos y de visita al Parlamentarium. Estuvo guay porque fue la primera toma de contacto con los embajadores de otros países, italianos, belgas, alemanes, polacos, aunque al principio estábamos muy cortados.
La visita nos gustó porque nos contaba la historia de Europa. Partía de las guerras, en las que había estado implicado cada país, para terminar formando la Unión Europea. Se trataba de aprender de nuestra historia. Mario se quedaba atrás porque quería enterarse de todo. También se mostraba cómo se organiza el Parlamento Europeo. A Marina le chocó ver que los parlamentarios españoles estaban repartidos por todas las comisiones.
Y después el paseo, en el que íbamos cogiendo confianza con los italianos, en español-italiano, aunque acordamos hablar en inglés. Luego establecimos contacto con los polacos, con los que seguimos charlando el resto del paseo. Hicimos muy buenas migas. Una de las chicas nos recitó un poema en polaco.
Llegamos al recinto donde se celebraba la Final Conference. Allí intentamos comer, porque con los nervios teníamos el estómago un poco cerrado. Durante el lunch hicimos nuestra conferencia.
Parece que triunfamos, porque nada más acabar la presentación de todos los centros, se nos acercaron las profesoras de uno de los colegios belgas felicitándonos por la presentación, y proponiendo un intercambio con sus embajadores.
A continuación estaba previsto un paseo con paradas en lugares emblemáticos de Bruselas. Gracias a los problemas que surgieron para que todos tuviésemos una bicicleta, y a la larga espera, pudimos hacer amistad con los embajadores belgas (en la foto con nosotros).
Y de vuelta con la bicicleta a Rue Royale 24, dónde se realizaba la conferencia final, y dónde debíamos ir a recoger el premio. Los embajadores belgas nos recibieron con alfombra roja y dio comienzo el acto de entrega de los premios.
Tras recoger el premio nos fuimos corriendo al albergue, recogimos las maletas y nos fuimos al aeropuerto. Nuestro vuelo salía a las 20:25 y ya íbamos con el tiempo muy justo. Esa noche cenamos en Paris, pero eso sí a unos 8.000 metros por encima de la Torre Eiffel.
En Barajas nos esperaban nuestras familias y tras varias fotos de grupo nos fuimos a casa a descansar de esta hermosa y enriquecedora experiencia.
Marina y Mario.
