Innovación educativa desde 1975
El Colegio Ágora nació en 1975 como una alternativa de experiencia escolar laica, que entendía la Educación como un proceso de desarrollo de las capacidades de cada alumno en una dinámica libre y creativa.
Abierto a todo tipo de niños y niñas, alguno de los cuales no tenían entonces cabida en las escuelas «normales» por sus discapacidades psíquicas, físicas o por inadaptaciones sociales, etc., pronto comenzamos a trabajar sobre cómo realizar la integración de estos alumnos, cuando este término aún estaba lejos de ser acuñado.

Principios fundacionales
Sus fundadores, cuatro prestigiosos profesionales de la Educación: Beatriz Ojeda, Conchita Sanuy, Lis Cortés y José A. Rodríguez, pretendieron lograr una escuela integradora, viva, dinámica, abierta socializadora; que creyese firmemente en la necesidad de educar a los alumnos para la comunicación y convivencia democrática y en la que todos tuvieran derecho a ser respetados en su individualidad.
En 1980 el Colegio pasó a ser de un solo propietario, José A. Rodríguez, quien pasados cuatro años cede su propiedad a los padres, constituidos en cooperativa en 1984. Se concierta con el Ministerio de Educación y Ciencia en 1986, permaneciendo concertado hasta el curso 90/91 en el que pasa a ser nuevamente privado. En 1996, el Consejo Rector de la Cooperativa solicita nuevo concierto, siendo concedido para los niveles de Primaria y E.S.O.
Cambio de formato, un mismo espíritu solidario
En 1999, por necesidades económicas, la Titularidad del Colegio se convierte en una Sociedad Limitada para permitir hacer frente a una ampliación de capital que saneara nuestras cuentas, manteniendo el carácter no lucrativo de sus propietarios (218 familias entre padres y trabajadores).
Hoy día mantenemos este régimen jurídico organizativo y ese espíritu solidario carente de ánimo de lucro. En el año 2000 se concierta también el nivel de Infantil, quedando exclusivamente el Bachillerato como opción privada sin concertar.
Durante nuestra historia y a pesar de todos los cambios, la idea fundamental que sostiene nuestro proyecto educativo ha permanecido, porque siempre han podido converger unos profesionales que se cuestionaban la educación y pretendían llevarla a cabo de forma diferente y unos padres que demandaban una educación identificada con nuestros postulados, siempre con una comunicación, crítica, revisión, ampliación de ideas y conocimientos que estructuran con cohesión nuestra comunidad escolar.