Parece que fue ayer cuando los alumnos de 4º ESO, recibíamos en el Aeropuerto de Barajas a los veinte alumnos y dos profesores del Liceo Pitagora de Cagliari.
Ya no era proyecto, era realidad. Porque la idea no viene de ayer. Son más de quince años que nuestro Colegio decidió abrir un camino de ilusión, de trabajo y sobre todo didáctico buscando los medios para llevar a cabo un intercambio cultural.
Después de intercambiar decenas de correos electrónicos, conseguimos cuadrar fechas, programa de actividades y no lo menos importante qué parejas podrían encajar mejor en el intercambio (por gustos, aficiones, ocio,…).
Estos intensos días de convivencia han permitido a los Paolo, Matteo, Benedatta, Martina, Francesco, Yara…ir venciendo los lógicos miedos del principio y la “vergüenza” a expresarse en otro idioma (que por otro lado conocen muy bien). Han conocido a las familias que durante una semana han sido las suyas, han descubierto costumbres nuevas y maneras distintas de observar la vida. Y han pateado Madrid, siempre bien acompañados por nuestros alumnos y profesores.
Nuestros alumnos han aprendido a ser buenos anfitriones. Comprensivos con sus costumbres, Al fin y al cabo, la base para respetar las diferentes culturas es tratar de conocerlas y no asustarse ante ellas.
El Colegio y Toledo; el Madrid de los Austrias y de los Borbones; Caixaforum y el Museo del Prado; la Basílica de San Francisco el Grande y el Museo de Arte Público han sido alguno de los lugares visitados y disfrutados, más allá del frio, el viento y la lluvia. Todo esto importa menos cuando la compañía es agradable.
La visita “oficial” la despedimos con una cena amenizada con un espectáculo de magia, de todos los participantes; familias, alumnos y profesores.
El hasta luego lo hemos hecho en el mismo lugar donde dijimos el primer hola, el primer ciao, pero nada era igual. Las lágrimas de españoles e italianos reflejaban el éxito de esta primera parte del intercambio y sembraba para lo que dentro de un mes nos espera en tierras sardas.
Seguro que nuestros alumnos podrán contemplar esta experiencia como un recuerdo que no olvidarán una vez abandonen el Colegio. Y nosotros nos sentiremos orgullosos de ello.