Crónica enviada desde allí:
Es cierto que nos ha tocado madrugar, es cierto que salimos desde la estación de Atocha con el tiempo justo, pero es igual de cierto, que ha valido la pena.
En unas tres horas estábamos ya instalados en nuestro hospedaje de la Ciudad Condal, listos para comernos el mundo en nuestra Salida Larga.
Tras comer, hemos ido dando un paseito hasta la Sagrada Familia. ¡Impresionante!. Ha sido más de una hora de puro goce para los sentidos, disfrutar de la obra de Gaudí en toda su plenitud bien vale un viaje a Barcelona.
Después andando por las rectas calles de la ciudad, disfrutando de sus gentes, sus tiendas, sus turistas y, claro, de nuestra propia compañía y de la de nuestros profesores. Y acabamos la jornada cenando y recenando en un bufete libre, recuperando fuerzas perdidas y haciendo acopio de energías porque mañana hay más.