
El pasado martes 10 de septiembre nos dejó Eugenio.
Desde ese mismo día no hemos dejado de recibir muestras de aprecio y condolencias por el dolor compartido de no tener cerca a quien ha sido amigo, profesor, compañero, referente y firme constructor de esta idea maravillosa que es el Ágora. En vuestros mensajes queda claro que nadie como él para defender la alegría y la humanidad, y cómo ha dejado huella en cada uno de nosotros.
Os agradecemos a todos la cercanía y el cariño que reconfortan ante una pérdida inesperada e irreemplazable.